El Gran Roque se transformó en santuario vivo para honrar a la Virgen del Valle

(Prensa TIFM 09.09.2025)._ En una jornada marcada por la fe, la devoción y la profunda conexión espiritual, el Gran Roque se convirtió en un santuario vivo para rendir homenaje a la Virgen del Valle, patrona de los pescadores y protectora del mar.

 

Las calles del pueblo, cubiertas de flores frescas y envueltas en cantos devotos, fueron testigo de una procesión única: la vallita caminó junto a su gente. Acompañada por miradas llenas de gratitud y corazones abiertos, recorrió cada rincón del pueblo como símbolo de cercanía, esperanza y amor.

 

Este acto de fe no solo honró una tradición profundamente arraigada en el alma roqueña, sino que reafirmó el espíritu de una comunidad que cree, que celebra y que agradece. La Virgen del Valle, en su andar sereno, tocó el corazón de todos los presentes, dejando una estela de luz y bendición.

 

Desde el primer canto hasta el último pétalo ofrecido, cada gesto fue una muestra de amor y reverencia. El Gran Roque se vistió de espiritualidad, convirtiéndose en un altar al aire libre donde la fe se vivió con intensidad y belleza.

 

¡Gracias, Virgen Bonita! Gracias, Virgen del Valle, por caminar con nosotros y seguir guiando nuestros pasos. 

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